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Rentabilidad Social Corporativa

La enzima que recicla más y mejor el plástico

7 de junio de 2022

PET: seguramente habréis visto esas iniciales en más de una ocasión. El PET, o tereftalato de polietileno, es el tipo de plástico más común en el mundo gracias a sus cualidades que lo hacen realmente duradero. Que sean botellas de agua, utensilios de cocina, juguetes para niños, o cajas de la comida para llevar, el PET ha inundado nuestras vidas. Un aspecto positivo del PET que también explica su éxito hoy en día es que puede reciclarse y utilizarse para un segundo uso, motivo por el cual se prioriza el uso de este material por encima de otros plásticos.

Fue descubierto por los científicos británicos Whinfield y Dickson en el año 1941, época en la que Reino Unido estaba sufriendo una de las guerras más crueles de su Historia. Whinfield y Dickson patentaron ese nuevo material como polímero para la fabricación de fibras, cuya demanda era muy alta en tiempo de guerra, y en un contexto en el que el país necesitaba diversificar sus fuentes de suministro. Su objetivo? No depender del algodón proveniente de Egipto, país que también fue el teatro de violentos combates durante la Guerra Mundial.

Pero siempre existen dos caras de una misma moneda. Como todos sabemos, el plástico es uno de los mayores contaminantes en nuestro planeta. El problema de ese material es doble: por una parte, el alto nivel de consumo (126 toneladas de plástico al día solo en España), y por otra parte, el hecho de que el plástico tarda de 100 a 1,000 años en descomponerse.

Ante el problema de reducir los niveles de consumo de plástico, existen soluciones al problema de la lenta descomposición del PET. A finales de 2021 unos científicos de la Universidad de Texas, Estados Unidos, han creado una enzima modificada capaz de descomponer el plástico PET en cuestión de días. Habéis leído bien: días, en vez de mil años.

¿Cómo logran descomponer el plástico tan rápido?

Estos científicos estadounidenses han creado una proteína que es capaz de romper los bloques de PET de forma muy rápida. Detrás del pomposo nombre de “despolimerización”, se esconde en realidad un simple proceso: se separan los bloques que forman el PET a sus monómeros originales, y asi poder re-construirse como si fuera plástico recién hecho, plástico virgen.

Para los a que os suene esto a chino, lo importante es entender los beneficios que este proceso aporta:

  1. Todo el proceso sucede sin la necesidad de usar recursos adicionales de petróleo, que producen gases con efecto invernadero. Cabe recordar que el reciclaje de una tonelada de botellas en PET permite ahorrar más de 800 litros de petróleo. Con el barril de petróleo a más de 100 dólares, cualquier economista se vuelve ecologista. 
  2. El proceso de despolimerización que conlleva al reciclado del plástico se reduce a un periodo de no mas de 1 semana
  3. Se permite reciclar la totalidad del producto de manera infinita. En los procesos tradicionales de reciclaje de plástico, éste se funde, y cada vez va perdiendo su integridad en cada ciclo. Asi, eventualmente deja de ser útil para usarse para la elaboración de otros productos. En este caso, es viable la fabricación de plástico virgen PET.

¿El inicio de una nueva era? Una cuestión de rentabilidad

El consumo de plásticos ha crecido exponencialmente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Si bien se han hecho muchos esfuerzos en los últimos años, mayoritariamente estos plásticos siguen acabando en la naturaleza o no se tratan adecuadamente. Esto provoca problemas importantes de contaminación que acaban afectando a nuestra salud. Según un estudio publicado en mayo 2022 en la revista The Lancet Planetary Health, nueve millones de personas mueren cada año debido a la contaminación del aire, del agua, o de suelos. El riesgo medioambiental ha llegado a ser el factor número uno de causa de enfermedades y muertes prematuras en el mundo. Además del nefasto impacto en la salud, el PET contienen sustancias utilizables como materias primas o combustibles, lo que significa que estamos desperdiciando productos valiosos de forma dañina e insostenible.

El descubrimiento por parte del equipo de la Universidad de Texas puede suponer un cambio de status-quo en la gestión y reciclado de residuos. No debemos perder la vista el hecho de que el 12% de la basura global es plástico. Lamentablemente, esta cifra va creciendo con el desarrollo de economías emergentes. Esta nueva tecnología nos puede permitir invertir esa curva, convirtiendo lo que hasta no era rentable, en un proceso con múltiples beneficios, entre ellos el económico.

Lamentablemente erradicar el plástico de nuestras vidas va a ser un proceso largo y penoso. Como se ha puesto de relieve durante la pandemia covid en la que por motivos de higiene, todo lo que utilizamos tenía que ser de uso único. Sin embargo, la oportunidad está ahí, el desafío nos aguarda.

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